Hoy vengo a contaros cómo fue mi novena semana de erasmus en Vendas Novas (Portugal). Esta semana era especial porque mis amigos vendrían a verme y recorreríamos juntos parte del país en caravana.
El lunes Eliseo y yo fuimos a la empresa donde el jefe volvió a encargarnos tareas de páginas web, sin embargo esta vez nos pidió a mi y a Eliseo que nos coordinásemos para hacer las tareas. Al principio fue complicado explicarle a Eliseo qué había que hacer y cómo se tenía que hacer; sin embargo encontramos la forma de repartirnos la tarea.
A la tarde hicimos un descanso en las máquinas expendedoras que había cerca de la empresa. Yo me hice una foto con mi futuro coche:
El porche para los findes y el corsa para diario
Después del descanso el jefe dijo que si nos apetecía jugar al fútbol sala, Eliseo y yo accedimos. Anderson dijo que tenía otros planes. Así que después de las prácticas fuimos con el jefe rumbo a Landeira.
Después de jugar un par de horas llegó el momento de volver a casa. Necesitaba reponer energías así que cociné algo rico antes de irme a dormir.
El lunes había llegado a su fin.
El martes fue un día algo diferente a lo que habían sido el resto de martes. El jefe dijo que no habría taller, porque tenía mucho lio en su agenda. Esta semana teníamos puente jueves y viernes; por lo que en tres días había que hacer lo que otras semanas se hacía en cinco.
Después de una larga jornada de prácticas fui a la peluquería que me había recomendado el jefe días antes. Al llegar me di cuenta de que mi nivel de portugués había mejorado. Conversando con el peluquero le conté cosas como que estaba de erasmus en Portugal, que mi familia había venido a visitar Vendas Novas y que había visitado ciudades como Sintra y Lisboa. Al terminar el corte de pelo este fue el resultado.
Regresé a la casa y tras estar un par de horas trabajando en el proyecto web me hice la cena. Esta vez fue cena sana.
El martes había llegado a su fin.
El miércoles era un día más interesante, tocaba la actividad mensual del edificio StartUp Alentejo. Este mes se trataba de una serie de partidos de pádel.
La mañana en las prácticas fue para documentar el trabajo que habíamos hecho con las imágenes de las páginas web. Cuando Eliseo y yo terminamos de hacerlo el jefe dijo que fuésemos a comer y nos preparásemos para el pádel. Así que fuimos a comer y nos cambiamos para el pádel.
César, una de las personas que trabaja en el edificio StartUp Alentejo nos dio unas camisetas para la ocasión. Eliseo y yo nunca habíamos jugado al pádel, como mucho habíamos visto a otras personas haciéndolo. No obstante el resto de participantes de esta actividad se mostraron bastante amables y nos explicaron cómo se jugaba.
Tras un par de partidos en los que jugamos todos contra todos fuimos a la cafetería que está justo en el edificio SartUp (el bar de la piscina estaba de reformas).
Tras un rato de compartir vivencias con los participantes del pádel era la hora de irse a casa a casa, el jefe se despidió de nosotros deseándonos un feliz puente y que ya nos veríamos la semana que viene.
Eliseo y yo nos fuimos a casa a cenar con Anderson, el miércoles había llegado a su fin.
El jueves fue un día tranquilo. Al ser festivo no teníamos que madrugar, así que pudimos levantarnos más tarde, yo me puse con mi proyecto web, porque se estaba acercando la fecha límite de entrega.
Después de comer yo tenía que organizar un poco las cosas de la casa. Lavar la ropa, planchar etc... Mientras tanto los chicos se tomaron un baño en la piscina. Por otra parte mis amigos estaban preparándose para venir a Portugal; estaríamos 4 días los 5 juntos recorriendo el país en una caravana. De hecho pasaron por mi casa a recoger un par de cosas que necesitaría durante el viaje
Después los chicos y yo nos fuimos a cenar al bar chino. Por el camino mi hermana me escribió para decirme que habría un gato nuevo en mi casa. Que sería una sorpresa para todos y que lo llevaría al día siguiente con mis padres.
Al llegar a casa vimos la película de El Pianista, El jueves fue día de tranquilidad.
El viernes era el gran día, después de casi dos meses vería a mis amigos. La última vez que los vi fue el día anterior a llegar a Portugal; en un principio iban a venir unos cinco o seis, pero al final por temas laborales solo pudieron venir cuatro (tendría que esperar algo más para ver a los demás).
Después de un par de horas, más o menos a las siete de la tarde mis amigos llegaron a Vendas Novas con una furgoneta camper (la caravana al final no pudo ser). Cuando llegaron mis amigos les enseñé la casa y fuimos a dar una vuelta por Vendas Novas para que conociesen el pueblo, por el camino nos topamos con este arreglo casero a un coche.
Después del paseo fuimos a cenar al Mercado das Bifanas (Sí, lo sé, cada vez que viene alguien a verme lo llevo allí). Mis amigos pudieron probar lo que es una bifana y preguntarme cómo había sobrevivido estos dos meses. Yo les dije que recordé mis tiempos en la universidad en los que también estaba fuera de casa; pero esta vez en lugar de estar a una hora de mi pueblo estaba a unas cuantas horas más. Al terminar la cena nos fuimos a casa.
Mis amigos habían aparcado la caravana enfrente de la casa ya que en Vendas Novas esta permitido aparcar caravanas en aparcamientos de coches. La noche parecía ser tranquila, pero en el bar del parque había una fiesta, así que dormir durmieron poco...
El sábado era el día de visitar Lisboa. Lo bueno de ir en caravana es que no había que depender de los horarios de comboio (tren); aun así era necesario madrugar para salir temprano a Lisboa. Tocaba aparcar la caravana en la zona de Belem (zona ya más que conocida por mis anteriores viajes a la capital), después iríamos hasta la estación de metro en Cais Sordé, donde cogeríamos la línea verde hasta la estación de Rossio.
Esta zona de Lisboa era nueva tanto para mi como para mis amigos, lo bueno fue que contratamos una guía Free Tour para que nos enseñase esta zona, pero antes había que comer. Así que nos acercamos a la plaza de comercio para comer y después tomar un helado en Amorino Gelato.
El helado estaba increíble.
La guía turistica del Free Tour nos esperaría en la plaza de los restauradores, donde comenzaría el tour. Una vez nos encontramos con la guia aprendimos muchas cosas sobre la ciudad. Sobre la historia de Dom Pedro IV Rey de Portugal (y amado en Brasil), y los sucesos de la Iglesia de Santo Domingo. Para resumir vimos todos estos lugares:
- Monumento de los Restauradores
- Plaza Rossio o Praça Dom Pedro IV
- Iglesia de Santo Domingo
- Monumento em homenagem ao Capitão de abril Salgueiro Maia
- Museo Arqueológico de Carmo
- Elevador de Santa Justa
La guía del Free Tour hizo un trabajo fantástico, además nos dió su número de teléfono por si queríamos conocer más de la ciudad en otro de sus tours. Después de despedirnos de ella tomamos un tranvía para volver a la zona de Belem, en concreto a Monasterio dos Jerónimos. Mientras tanto en España mi hermana había llevado la sorpresa a mi casa. En mi casa nunca olvidaríamos a Blanca (mi anterior gata), que estuvo con nosotros durante once años; pero mi hermana sabía que durante este tiempo mis padres se habían sentido algo solos y que esta gatita podría hacer que todo cambiase.
Aun no sé ni su nombre, pero tengo muchas ganas de conocerla.
Volviendo al viaje en caravana, mis amigos no podían irse de Lisboa sin probar los pasteles de Belem, así que los compramos y continuamos nuestro viaje hacia Cascais, donde pasaríamos la noche. concretamente en la Boca del Infierno.
Mientras cenábamos vimos en el móvil que el Real Madrid había ganado la Champions; día completo.
Así amanecimos el domingo en Cacais. Entre las luces, los animales y el ruido de la carretera fue realmente la Boca del Infierno...
En Cacais pudimos ver los siguientes lugares:
- Santa Marta Lighthouse Museum
- Museu Condes de Castro Guimarães
- Casa Museo de Santa Marta
Al ser domingo muchos museos estaban cerrados. Así que cogimos carretera de nuevo para ir hacia Sintra, donde pudimos comer en Salus Brunch Garden. La comida estaba muy bien y nos atendieron a unas horas más españolas que Portuguesas la verdad jaja.
Después de comer tocaba visitar el palacio Da Pena (palacio de las plumas en Español... Más o menos jaja). Esta vez no cometimos errores de novato y buscamos un bus que nos dejaba directamente en la entrada del palacio; el autobús 434, además dentro del palacio cogimos otro bus para subir hacia el propio palacio. Son muchos buses, pero es altamente recomendable a no ser que quieras andar mucho con el riesgo de que el clima sea muy puñetero.
Después de la visita al palacio le dije a mis amigos que teníamos que probar el dulce típico de Sintra llamado Traveseiro; dulce que estaba en la pastelería que me recomendó Benedito justo una semana antes. Al terminar de comer los pastelitos en las escaleras del palacio nacional de Sintra emprendimos camino a Nazare, donde cenaríamos y dormiríamos.
La semana había llegado a su fin, pero el viaje no. Aun nos quedarían dos días más de recorrer el país.
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